EL siglo XXI y años por venir nos deparan grandes retos personales, profesionales y organizacionales, mismos que tendremos que enfrentar positivamente para lograr todos nuestros objetivos entre ellos el mantenimiento como actualización de nuestro ser para en concordancia hacer.
En el camino de continuar nuestra preparación en todos sentidos para lograr ser el líder que nos demanda nuestra familia, sociedad y organización, ¿podemos considerar las características de un antiguo guerrero? Algunas de ellas como las siguientes:
- Respeto a su Código de Honor.
- Serenidad ante el peligro.
- Integridad.
- Disciplina.
- Dominio de sí mismo.
- Educación, cortesía y respeto con todas las personas.
- Sentido del deber.
- Asunción de riesgos.
- Aceptación.
Podríamos adicionar muchas otras características en cuanto a la personalidad y comportamiento de los guerreros antiguos, pero estas son suficientes, para observar cada una de ellas, y descubrir que todas sin excepción pueden ser de gran utilidad en esta sociedad postmoderna siendo viable establecer un paralelismo entre un guerrero y el líder del siglo XXI.
El líder actual en cualquier estamento de la sociedad, y en cualquier lugar del mundo, se enfrenta todos los días a múltiples dificultades, ya sea para el logro de objetivos, toma de decisiones sin tiempo o con escasa información, relaciones difíciles o conflictivas con clientes internos como externos, empleados, proveedores, inseguridad, juego sucio, incumplimientos, etc., asumiendo desafíos constantes que requieren entre otras cosas gran estabilidad emocional, autodominio, una formación de gran importancia que posiblemente no le han dado los estudios universitarios.
Cuando revisamos la información en un anuncio que solicita a un líder es sorprendente la cantidad de requisitos personales y profesionales que ha de reunir:
- Confianza en sí mismo.
- Capacidad para resumir y aceptar responsabilidades.
- Saber afrontar problemas varios con lucidez y serenidad.
- Ser flexible.
- Ser buen comunicador.
- Saber tomar decisiones.
- Honradez.
- Lealtad a la empresa.
- Etc.
¿Dónde se aprenden o se enseñan estas cualidades? ¿Qué se puede hacer para adquirirlas?
Hoy se necesita una amplia formación profesional, técnica y académica para ser competente en el puesto que cada quien desempeña, pero lo que diferencia al verdadero líder son las cualidades personales adquiridas con la experiencia y entrenamiento a través del tiempo.
Cada día que pasa se hace más evidente la necesidad de lograr una formación de Líder Guerrero, pero no sólo de conocimientos profesionales específicos de cada actividad, sino sobre todo de aquellos estudios y prácticas que le van a forjar una personalidad apta para las tareas que deberá asumir en un ambiente permanentemente cambiante y salvajemente competitivo.
La tendencia actual y de futuro muestra claramente que las empresas importantes buscan líderes con valores éticos y cualidades personales muy parecidas a las que constituían el Código de Honor de los Guerreros Antiguos, y no para lograr éxitos a cualquier precio, sino para conseguir sus objetivos respetando estrictamente los principios éticos de valor universal, como la mejor garantía de permanencia en su ámbito de competencia.
El Líder Guerrero debe desarrollar habilidades gerenciales para lograr ser una persona que logre una comunicación efectiva en la organización como fundamento para formar equipos y hacer que el equipo trabaje en equipo con enfoque en el logro de objetivos comunes que le permitan a la organización lograr rentabilidad en diferentes horizontes de tiempo.